“Corre en Gran”
El pasado domingo 25 de noviembre de 2018 (Día Internacional de la lucha contra las violencias de género y las violencias machistas) se corrió en Barcelona la 95va edición de la carrera más clásica de la ciudad, la Jean Bouin, la que también es una de los primeras cursas de asfalto llevadas a cabo en Europa. En la histórica Jean Bouin participan todos, es decir, las clasificaciones son abiertas para grandes y chicos. La primera edición de la carrera se celebró en 1920 con 48 participantes y en 1947 se incorporaron las mujeres, aunque su participación se vetó entre 1954-1962 por órdenes de la sección femenina de la Falange que prohibió la práctica del atletismo a las mujeres. En la edición 2018 de la Jean Bouin se registró una participación total aproximada de 9600 corredores.
Montjuic es el punto de inicio y fin de la carrera de 10km y el Arc de Triumf alberga la meta de los 5km. Esta es una carrera que se considera un patrimonio para los barceloneses y para la ciudad en sí, ya que es una tradición y un símbolo generacional. La Jean Bouin, como tantas otras carreras en la ciudad es una fiesta pero también es un referente de iniciación para muchos pues, niños y niñas que después continuarán practicando atletismo, se estrenan o se han estrenado con esta carrera. Además de ser un referente internacional, es un espacio de formación y de competencia.
En esta edición tuvimos la oportunidad de conocer historias nuevas de la carrera ya que nos pusimos a conversar con un grupo de corredores que se están entrenando para correr la próxima edición de la Maratón de Barcelona en 2019, pero no es cualquier grupo de runners…
Dirigidos por María y Oriol -técnicos del deporte en el Centro Penitenciario Brians II de Barcelona-, estos corredores viven en prisión y se entrenan al menos tres veces a la semana dentro del Centro y los viernes salen a hacer la “tirada larga” fuera. También en ciertas ocasiones participan en algunas de las carreras populares que conocemos los que nos gusta el mundo runner. Su meta son los 42km de la próxima maratón de Barcelona, para la que se están entrenando con fuerza y constancia. Son 9 los integrantes del grupo, aunque la carrera Open de 10km de la Jean Bouin de este año sólo la corrieron 6 de ellos junto con los 2 monitores deportivos, gracias al apoyo de Championchip que donó los dorsales a estos 8 corredores como parte de las carreras en las que están participando rumbo a la maratón. Estos runners cuentan con el apoyo de algunos patrocinadores y con el acompañamiento y liderazgo de sus entrenadores que realizan un arduo trabajo de planeación, seguimiento y guía para mantener los entrenos en marcha con las mejores condiciones posibles.
El proyecto que están llevando a cabo Maria y Oriol inició con la organización de la carrera solidaria “Corre en Gran” celebrada en marzo del año pasado en beneficio de la investigación del cáncer infantil. Este evento realizado con mucho éxito y ahora también conocido como la carrera del Brians 2 (pueden checar más detalles aquí:) dio impulso e inspiración a los entrenadores para considerar el running como una vía interesante y potente de exploración deportiva en la Institución. Lo más interesante es también lo que nos cuentan estos 6 chicos que entusiastamente se han involucrado en los entrenos y han desarrollado un sentido de equipo y compañerismo. Comentan que han desarrollado valores como la disciplina, el compromiso, la fuerza mental, la constancia y la libertad al sentirse capaces de alcanzar metas que no se habían ni imaginado ni planteado para sus vidas. Comentan también que, evidentemente, sus entrenos no tienen las mismas condiciones que los de un “runner común” o libre tiene, por ejemplo, un espacio amplio para entrenar (la calle por ejemplo) o con características ambientales diversas para practicar cuestiones de fuerza y resistencia variada (ellos entrenan en el patio del Centro, dando vueltas repetidamente a una piscina que en 8 vueltas aproximadamente se completa 1km. Gracias a las gestiones e intermediación de los técnicos deportivos, se ha podido gestionar el permiso para salir del Centro un día de la semana para realizar la tirada larga).
Tampoco cuentan con gadgets digitales ni con tecnologías de alta generación como “bambas” de última moda e incluso a veces ni siquiera de su talla para rendir en las mejores condiciones. También comentan que la alimentación que tienen no necesariamente corresponde con las exigencias de entreno que están teniendo. Aun así son grandes entusiastas y ven con claridad sus progresos no sólo deportivos sino sociales. Todos ellos reconocen que el deporte les permite mantenerse estables y que en el running han encontrado retos que los llevan a sacar lo mejor de sí. Les enorgullecen sus retos y logros personales pero también les da fuerza sentirse parte de un equipo con metas compartidas en donde los esfuerzos son los medios para un objetivo mayor.
Iremos siguiendo el proyecto de estos corredores en los próximos meses y aplaudimos el compromiso y el esfuerzo de todos los involucrados. Es importante ver y reconocer las acciones que benefician sustancialmente a las personas, que en este caso, se encuentran viviendo en centros penitenciarios con miras a su re-inclusión social, ya que son estas iniciativas las que deben potenciarse y apoyarse también y sobre todo desde dentro de las Instituciones.
Text original: Elisa Herrera Altamirano